22 de enero de 2014

GARCÍA CALVO, AGUSTÍN, De Dios. Lucina, Zamora, 1996, 300 Pp.


http://www.editoriallucina.es/articulo/de-dios_73.html


Agustín García Calvo es inseparablemente filósofo y filólogo. Entre sus decenas de publicaciones hay libros de texto y antologías de latín, traducciones y ediciones (de Homero, Heráclito, Platón, Sófocles, Virgilio... y también de Erasmo, Shakespeare o Sade), originales literarios (teatro, narrativa y, sobretodo, poesía) y teóricos (sobre el lenguaje, lo bueno, el amor, la felicidad, diversas instituciones sociales, de crítica política, social y moral, ontología, etc.). Su pensamiento quiere ser critico, negativo y liberador de los engaños y trampas de la Realidad, y vincularse—como su poesía-- al logos, la razón y lenguaje común, que no pertenecería a ningún Individuo o Totalidad.

Después de décadas pensando y poetizando por fin ha escrito su teología filosófica. Es decir, ha aplicado a la idea de Dios el bisturí analítico y critico que ya había empleado anteriormente Contra el Tiempo (1993), Contra la Pareja (1995), Contra el Hombre (1996) y, menos explícitamente en los títulos, contra toda idea mayúscula que le pareciera coartadora de las posibilidades infinitas de la vida de la gente.

Su amistad con el logos está presente, para empezar, en el empleo de un castellano rico, con voluntad de estilo, ortografía original, un empleo jerarquizador y expresivo de los tipos de letra y el sangrado y una división en párrafos mucho más fragmentada que la habitual. El pensamiento de García Calvo siempre es poetizante, y su poesía, pensante, como propugnaba Heidegger.

También se ve al filólogo en las continuas reflexiones lingüísticas y las interesantes consideraciones sobre la historia de determinados conceptos (como infinito, existencia o, por supuesto, Dios) en castellano, griego, latín y hebreo. Apenas hay aparato critico. No dialoga explícitamente con otros filósofos que hayan tratado el problema de Dios. Aparte de algunas autocitas sólo encontramos en el libro citas de clásicos grecolatinos, textos bíblicos y autores sueltos como Dante, Eckhart, Gabriel y Galán o Sara Maítland.

García Calvo repasa en esta obra casi todos los temas clásicos de su pensamiento relacionándolos con la idea de Dios. Simplificando hasta la caricatura, creo que el núcleo de la filosofía del autor puede resumirse así: lo verdadero es lo vivo, incontrolable, indefinido, múltiple, no sabido, la gente, el pensamiento, el corazón, el lenguaje, lo posible. En el seno de este mar de potencialidades flota la Realidad, sistema totalitario de ideas falsas que, asociado al temor, lucha en vano por detener lo móvil, cerrar lo abierto, matar la vida. Entre estos ídolos se encuentran, por ejemplo: la Ley, la , la Ciencia, la Historia, el Futuro, la Esperanza, el Trabajo, la Sociedad, la Persona Individual, la Mayoría, el Dinero.., y también la Religión y Dios.

La verdad y la Realidad cohabitan y guerrean en el interior de todos nosotros, en todas las cosas. Veamos ahora algunos contenidos de los ocho capítulos de los que consta el libro:

1. “Dudas de si hablar de Dios o no”: Parece preferible olvidar a Dios,
Administrador de la Muerte y falsificador supremo; pero la lengua común y ciertos
sabios (Heráclito, Eckhart, Machado, etc.) se refieren a El de otra manera. Este libro
se escribe desde esa contradicción.

2. “De la Existencia o Realidad de Dios”: Historia de “Existe”, desde el
Poema de Parménides y Exodo 3,13. Existe = hay (indeterminado) + determinación:
idea contradictoria. El Dinero como epifanía actual de Dios, como Realidad Suma.

3. “De la Fe y Futuridad de Dios”: Dios --> y creencia en el Futuro, que
sostienen la Realidad, Miedo y Esperanza ante el Futuro.

4. “Dios, Uno (y Masculino)”: Atributos sacados de Astete: infinitamente
bueno, justo, sabio y poderoso. De mnúltiple a uno = de nombre común a nombre
propio, por vía judaica y grecorromana. La Trinidad, necesaria para la unicidad.
Sumisión de lo femenino al Hombre.

5. “Todopoderoso”: Atributos falaces. Totalidad (cerrada)  / infinitud
(abierta). Crítica del ínfmniío positivo. A favor de lo indefinido, de las innumerables
posibilidades no sabidas.

6. “Infinitamente justo”: Contradicción entre la infinitud (esencialmente
tanteante) y la justicia (esencíalmnente estabilizada). Juicio Final, Conciencia, Culpa.
Dios Juez frente al no juzguéis de Jesús. Absolución y disolución deseables de Dios y
del Individuo.

7. “Omnisciente y Sabelotodo”: Saber del Todo --> Idea falsa de Realidad
total, cerrada, sabida, versus lo desconocido y sin fin.

8, “Infinitamente Bueno”: Contradicción con Justo, con Todopoderoso. El
Dinero no es bueno sino Justo. Bondad --> infinitud, no saber. dejarse llevar, lo
contrario de la Ley de Dios. Dios es bueno y malo, principio de contradicción, existe
y no existe. Plegaria final: renuncia a tu poder, tu saber y tu justicia, líbramne de ti y
de mi mismo...

Casi todo el libro, pues, se dedica a analizar la función liberticida de la idea de Dios como parte del sistema totalitario de lo Real; pero a través de esta Totalidad clausa, transparece en ocasiones algo diferente. A Dios puede dársele otro uso, «volverlo del revés en su sentido» (p. 20), corno intentan por ejemplo los sabios aludidos en el cap. 1 o, sobre todo, el muy mencionado Jesús (a quien llama el verbo divino). Dios es el Administrador de la Muerte; pero también, a la vez, puede ser la infinitud que «diluye y desconstruye la totalidad» (p. 185). Me parece que la radical crítica de la Religión (con mayúscula) realizada por García Calvo podría dejar espacio para una idea de lo divino últimamente negativa y meramente reguladora y para una religión (con minúscula) libertaria, entendida como abandono de si mismo a lo que trasciende todos los límites y barreras.

En suma: un libro muy rico y sugerente, como todos los de su autor, cuyo pensamiento todavía espera el estudio monográfico que sin duda merece.

Reseña de Javier Ruiz Calderón


ISSN 1135-4712

ISSN-e 1988-3269