por Marta Nogueroles Jové (Universidad Autónoma de Madrid)
El malestar del mundo ante el capitalismo salvaje, el escándalo moral que nos invade y el aumento cada vez más atroz de las desigualdades, nos lleva a pensar que existen alternativas al sistema neoliberal. Sin embargo, nos llama poderosamente la atención el hecho de que la inmensa mayoría de intelectuales, en vez de precipitar la agonía del sistema capitalista se empeñen en justificarlo declarando que es la única alternativa viable, y que lo que lo único que cabe hacer es una reforma y una humanización del mismo. Así pues, ante esta actitud generalizada que lucha por mantener con vida un sistema fracasado, precisamente en un momento en el que hemos llegado al nivel máximo de explotación de las personas y de los pueblos, se hace indispensable la recuperación del pensamiento anarquista, por su propuesta liberadora del hombre, limitadora del poder y transformadora de la sociedad a todos los niveles. Sabemos que es una empresa arriesgada, pues el anarquismo se ha relacionado siempre en el acervo popular o bien con la violencia o bien con la ingenuidad y en definitiva, como nos recuerda Christian Ferrer, ha sido siempre un tabú político, a pesar de que hasta el momento, según el sociólogo argentino, no ha surgido antídoto teórico y existencial contra la sociedad de la dominación de mejor calidad.
Quizá también, y para contrarrestar la plaga del Pensamiento Único que amenaza con expandirse por el mundo entero, sea necesario reivindicar el nihilismo, una forma de pensamiento que, como ha señalado con acierto Franco Volpi, resulta muy eficaz en tiempos convulsos como los que ahora estamos atravesando pues dicho pensamiento produce tolerancia y capacidad de aceptar visiones del mundo distintas. De ahí que hayamos elegido a un autor como Agustín García Calvo quien de forma magistral consigue armonizar estas dos formas de enfrentamiento al poder que se nos hacen muy valiosas como herramientas iniciales para intentar construir un mundo verdaderamente civilizado.
La ponencia está dividida en cuatro partes. En la primera me propongo hacer una breve aproximación biográfica a la figura de Agustín García Calvo. En la segunda expondré cuáles son las líneas generales de su pensamiento. En la tercera esbozaré los puntos que considero más sugerentes de la obra de nuestro autor, en especial aquellos que tienen que ver con la crítica al Estado y a la Sociedad del Bienestar. La última parte estará dedicada a las conclusiones.