20 de diciembre de 2019

Agustín García Calvo: «Las fiestas son siempre malas, celebraciones de la nada»

El filósofo y latinista cree que las Navidades, el Año Viejo, el Año Nuevo y otros jolgorios «se deben al movimiento del Capital»

02.01.2009 | 11:18

Agustín García Calvo, profesor y escritor.
Se recluyó. Como si de un monje laico se tratase. En su casona. «Para no asistir a este triste espectáculo de los bullicios y las celebraciones de la Nada». Para escribir de gramática y otras normas del lenguaje. Agustín García Calvo no tenía que despedir recuerdos, no tenía que recibir Futuros que siempre se anuncian halagüeños. El latinista, filólogo y poeta, observaba -en la mañana del primero de enero-, con esa mezcla de escepticismo e ironía, los restos de la feria de la jarana y de la cuchipanda. «Las fiestas son siempre malas, y la tristeza es inherente a ellas». Religiones y Dinero, Dios y Capital. Y los hombres tienen más fe, por lo visto, en los segundos que en lo otro.
Aquellas, ay, y estas fiestas. «Ya iban siendo parecidas». Y, revela, «no sólo hasta mi niñez, sino hasta bastante más tarde, yo seguí esforzándome en sacar lo que existía de verdadera recordación del Nacimiento del Verbo Encarnado, y cosas así, en ellas». Aplicado, García Calvo componía «versos, que repartíamos los amigos, durante unos cuantos años. Me duró hasta bastante tarde». Sucede que, «según han avanzado las cosas, y más clara se ha hecho la evidencia del Capital con el Señor, me he ido desengañando cada vez más»
Cree Agustín, tal vez es una de sus escasas seguridades -porque, para él, son como grama que debe erradicarse de raíz-, que «lo principal y dominante de Dios en este mundo es el Dinero. No tiene otra». En esa línea de reflexión, apunta que «para eso están las Navidades, el Año Viejo, el Año Nuevo». Y tales jolgorios «se deben al movimiento del Capital». Porque «los restos de las viejas religiones, lo mismo la Cristiana que otras cualesquiera, están como pretexto para esa función esencial, que es el movimiento del Dinero».
Si las fiestas son intrínsecamente malas... La tristeza ya aparecía en «los años de la primera juventud. Estaba allí. Siempre se hacía sentir. Incluso la gente lo decía: ese sentimiento de la nostalgia profunda que daban las fiestas, lo cual resulta natural». Porque es «como si la condenación a este sustituto de vida que se nos impone, cuando llegan estas fechas, se volviera más clara para quien desea sentirla». El calendario nos rige y, tal vez, nos dirige. Tiempo e historia. Dominio y condominio. «Esas fechas son un don de Dios, si lo tomas como el representante de los ideales que dominan lo existente, sin necesidad de molestarse en existir. De ahí la imposición de números, la creencia en el tiempo, que empieza siendo Futuro, y todo eso»... Eso y la creencia.
Llegó la Nochevieja y se recluyó entre cuatro paredes. Para no presenciar el «triste espectáculo» de la bulla y el festejo. «Hice lo de siempre. Como uno casi no sabe hacer más cosas que hablar y escribir, continué en esa línea».
«Hacía tiempo que no escribía lírica por esa tristeza que me ha entrado»
Trabajar. Es algo que no le cansa, como a tantos. Agustín García Calvo ha publicado cinco libros en el año 2008. «Hacía tiempo que no sacaba poesía, por esa tristeza que me ha entrado cada vez más profunda. Por todo eso de los poetas y la poesía. Así que ahora tendré que cambiar de tercio». Perfila los "Elementos gramaticales", esa empresa «a la que estoy dedicado para intentar meter en el sistema mismo de esta enseñanza, servil al Dinero, algo de un sentimiento que, según creo, es común, sobre lo que es la Lengua, y de lo que no es, y en contra de todo lo que les cuentan acerca de ella».
El lingüista sabe que «va a ser difícil», aunque «lo tengo más o menos montado». Sin embargo, declara, «no acabo de estar satisfecho de cómo meter eso». Pero lo intentará. Y, así, quiere volver a la escritura de cuentos. «Muchos». No obstante, aparece una brizna de escepticismo. «Cualquiera sabe. Lo que vaya saliendo». Y, siempre, recluido en el silencio del pensamiento y en la creación, en el estudio y en la reflexión. Que lo otro sólo es bullicio y ruido jaranero. A lo mejor: Nada.

5 de julio de 2019

2ª edición corregida DE RERVM NATVRA/ De la Realidad

2ª edición corregida DE RERVM NATVRA / De la Realidad. Edición crítica y versión rítmica de Agustín García Calvo



Fecha 2ª edición: corregida y revisada. Julio de 2019
Fecha 1a edición: Noviembre de 1997
Lucrecio
Edición crítica y versión rítmica de Agustín García Calvo
Español
Lucina. 592 págs.
17x24 cm.
Edición crítica y versión rítmica de Agustín García Calvo. Encuadernado en tela.
...

El texto latino del poema se ofrece con más de 500 innovaciones respecto al de todas las ediciones usuales, correcciones nacidas, a la vez, de una mejor razón de los errores de los manuscritos y de sentido común en el entendimiento de los versos. Con unos 90 versos supositicios se llenan las pérdidas de versos de los manuscritos. Acompaña al texto latino, verso a verso, una versión rítmica en el tipo de verso ya usado para la de la Ilíada. Unos prolegómenos españoles y una praefatio latina dan cuenta del sentido del poema y de la técnica de la edición. Cierra el volumen un índice alfabético de testimonios antiguos, editores modernos, Nombres Propios y términos selectos del poema.
Esta segunda edición revisada por AGC, ha sido completada y corregida por los amigos filólogos de la Tertulia del Ateneo de Madrid:
Ricardo Dorado Puntch, Emilio García Ruiz, Ana Leal Valladares, Virginia López Graña y José María Requejo Prieto.


6 de mayo de 2019

Más de Agustín García Calvo

Natalia Sánchez | 05.05.2019 



El pensador Agustín García Calvo nos dejó hace casi siete años, pero su legado intelectual sigue muy vivo y ampliándose de la mano de la editorial Lucina que ahora gestiona su familia.

Durante este tiempo la modesta firma ha dado luz a materiales del filósofo tres veces Premio Nacional, en concreto ha publicado dos poemarios, dos recopilaciones de artículos y con el apoyo de los filólogos de la tertulia del Ateneo de Madrid, sacaron al mercado un volumen titulado "Parménides" en colaboración con Luis Andrés Bredlow. Ahora le llega el turno a "Desnacer", un texto que el traductor escribió entre 2007 y 2008, "un relato en diálogo" en el que un personaje va evolucionando "hacia la desaparición y el desnacimiento, un término que Agustín que utilizaba para al hablar de irse desprendiendo de ideas y de conocimiento o incluso las mentiras del mundo", describe su hija, Sabela García. En este escrito el personaje central, que aparece sin nombre, es femenino y a través de los parlamentos con los personajes que se va encontrando en su camino, entre los que figura personajes de los clásicos de la literatura griega como Casandra o Elena de Troya o personajes de la memoria de Agustín García Calvo, se torna "poco a poco menos personaje y más cosa".

Lucina apuesta por editarlo al tratarse de uno de los textos que dejó García Calvo "totalmente terminado" e incluso, con la meticulosidad que le caracterizaba, "había escrito algunas recomendaciones para su publicación", como maquetar con una columna central o utilizar distintas tipologías de letra para distinguir los encuentros, que se ha respetado.

De este nuevo libro la firma editorial, que creara el propio Premio Nacional de Ensayo, de Traducción y Literatura Dramática, ha editado 1.500 unidades que están disponibles en varias librerías locales, entre ellas Semuret u Octubre. A mayores "Desnacer" contará con una presentación en la Biblioteca Pública del Estado a finales del mes de mayo, en concreto el día 30, que consistirá en una lectura dramatizada a cargo de integrantes de Contra Tiempo Teatro.... Seguir leyendo en La Opinión de Zamora

17 de marzo de 2019

"Agustín García Calvo sigue despotricando"

REPORTAJE
Una visita al monumental archivo del latinista y filósofo, en proceso de ordenación en su casa de Zamora. Un libro póstumo y una obra de teatro recuperan su contestataria figura





Zamora 17 MAR 2019

“Agustín se pasaba el día escribiendo. Nosotros le fisgábamos en la máquina para ver en qué andaba. Cuando daba algo por terminado lo metía en una carpeta y lo dejaba en esa estantería”, cuenta Sabela García Ballestero, hija de Agustín García Calvo, en una luminosa habitación de la casa familiar de Zamora. La estantería de la que habla está ahora ocupada por enciclopedias, pero cuando murió su padre —en 2012, con 86 años— encontraron allí varias carpetas con inéditos. Entre ellos estaba el original de Desnacer, un relato de 170 páginas narrado por una voz femenina anónima que realiza un viaje hacia atrás en el tiempo para ir convirtiéndose en un ser “más niño, más fresco, menos cargado de saberes”.
El libro es un alarde de construcción que resume bien el pensamiento de su autor: la crítica a una realidad formateada por el dinero; la aversión a sacrificar el presente en el altar del futuro. “Cualquier cosa es posible mientras no se le empiezan a poner nombres”, escribe en Desnacer. “Todos los días os cambian la vida por futuro”, decía megáfono en mano a los jóvenes reunidos en la Puerta del Sol durante el 15-M. “Os dicen que tenéis mucho futuro. Para el poder futuro significa muerte”... Seguir leyendo

25 de febrero de 2019

Novedad editorial: Desnacer

Con la alegría de poder seguir acercando a la gente las voces de Agustín, éstas palabras que tanto nos llenan y acompañan (las cosas  que nos hablan en este caso), presentamos ahora este relato en forma de diálogo, conmovedor y trágico hacia la perdición o desnacimiento, que dejó sin título, pero que hemos llamado Desnacer, por una parte por la deducción que puede hacerse de la lectura, y por otra, por el uso que Agustín hacía a menudo del término en alguno de sus escritos, y que nos parecía ajustarse en este caso.
     El escrito es de los primeros que hemos trascrito después de su muerte junto al Sermón de dejar de ser y Yo misma, y que dejó preparado para su posible edición con algunas indicaciones que hemos dejado al principio del libro, como podrá observar el lector al abrirlo. Así que esto nos seguirá animando a husmear en las innumerables carpetas y escritos, que seguimos ordenando y trascribiendo, y siempre gratificantes y sabrosos.
    Esperando que llegue a buenos oídos, ahí lo lanzamos. 


«— A la mano los tienes cuantos haya: ya estás libre: ya lo has dejado aquí mi peso, y ahora ya eres yo: el que ve, según pasa, lo que hay y lo que se esconde, el que a las cosas o a la gente les pregunta, y el que oye lo que responden, y el que les cuente a los demás las aventuras de su desvarío ¡En marcha, ea!»
Fecha 1ª edición: 25 de Febrero de 2019
Agustín García Calvo
Español
Lucina 176 págs.
17x24 cm.
Rústica
ISBN: 978-84-85708-92-5 

15 de febrero de 2019

Domingo 17 de Febrero de 2019 12:30 h Ateneo de Madrid






FEBRERO 24, 2019
La romancera Victoria Gullón visita el colegio

"Teníamos una contada en la Cuarta Pared y yo estaba preparando el romance de Gerineldo. Por poco no lo cuento porque era un público especial, la mayoría universitarios o gente que iba mucho a la Cuarta. Yo iba aterrada porque pensaba “¿a quien le puede importar lo que pasó entre una infanta y un paje en el siglo VIII?” Yo me acordaba de trozos que nos cantaba mi abuela. Ella me dejó mucha esencia y poco texto, que digo yo, porque me acordaba de partes pero no del romance entero. Así que tuve que empezar a ver cómo se cantaba el Gerineldo y cómo era el Gerineldo en Zamora. ¡Qué suerte todas esas personas que han recogido los romances, retahílas, historias, canciones o refranes contados de viva voz y los publica en libros! Si no, no sé qué habría hecho yo. Entonces, lo encontré en unos fascículos que había publicado La Opinión de Zamora sobre temas tradicionales y romances y que yo había encuadernado. Pero no me gustaba cómo terminaba, era tajante y a mí no me cuadraba. Pues pensé “lo arreglo” y entonces llegó a mis manos el Ramo de romances y baladas de Agustín García Calvo y dije “esto es magnífico”. Entonces hice un apaño con parte del que yo tenía de La Opinión de Zamora y el recogido por él. Pienso que me salió redondo, con ese final de cantar de ciego. Empecé a ver que quedaba bien, a sentirme yo a gusto y que no me equivocaba porque, claro, era la primera cosa que yo me aprendía de memoria. Ten en cuenta que yo había hecho el taller con Magdalena Labarga. Y ahí no había nada de memoria, todo era contar anécdotas o cuentos. Y luego fue cuando Ana Herreros dijo que lo mío eran los romances, “¿¿¿qué???” dije yo, si además yo los detestaba por aquello de la Sección Femenina que nos lo hacía aprender de memoria. Yo tenía una sensación del romancero como algo muy de “memorieta”, de tener que aprenderlo como algo obligatorio. Se me había quedado la imagen última de mis doce, trece, catorce años y no la anterior, de cuando mi abuela lo cantaba o yo lo cantaba en la calle jugando o saltando a la comba, de cuando formaba parte de la vida cotidiana. Y me podía más la sensación aquella de tener que aprenderlo de memoria a la anterior, que era más florida, más hermosa, fíjate. Y a la gente le encantó, no me lo podía creer."... Leer entrevista

8 de enero de 2019

Historias en la Retaguardia

Video para Ciclo de conferencias AGUSTÍN GARCÍA CALVO. Salón de actos de la Biblioteca Pública del Estado. Organiza: Foro Ciudadano de Zamora.Colabora: Biblioteca Pública de Estado de Zamora
Del 26 de Abril al 17 de Mayo de 2013

***
J. de Saá: …Agustín García Calvo
AGC: Tenía todavía nueve años, cuando el glorioso Alzamiento, y mi impresión primera es muy, es muy viva: es salir a Santa Clara y ver cuadrillas de soldados armados deteniendo gente, pidiéndoles los papeles y todo eso, esa alteración de la calle para mí fue la primera impresión. Vinieron no mucho más tarde, pues, los ruidos de los fusilamientos en el cementerio de San Atilano que llegaban demasiado bien hasta la casa donde vivíamos entonces por la, por la Candelaria. Y, otro cúmulo de recuerdos: yo estuve el último año de mi Enseñanza Primaria en la vieja escuela Normal, era la aneja de la Normal, que entonces estaba situada donde hoy está la Casa de la Cultura; allí estaban cuatro maestros en sus prácticas, entre ellos, mi tía Augusta Calvo, que era, por tanto, de la hornada de los maestros de la República; una hornada de maestros que todo el mundo recuerda como habiendo traído un aliento inesperado, aún  en la poca duración que se les concedió, del 31 al 36, en cuanto a renovación y cambio en los métodos y en las actitudes de enseñanza. Allí estaba yo de discípulo con don José y eso fue el 35-36, cuando volví, ya cumpliendo mis diez años, del 36 al 37, fue mi último curso en esa escuela Normal, y entonces todo había cambiado: el curso anterior me había hecho muy amigo, sobre todo de un chico un año mayor que yo, Anselmo, que al volver en Octubre no reapareció, y en seguida me enteré que habían fusilado a sus hermanos, a tres o cuatro hermanos más, y que naturalmente no podía aparecer allí.
Y muchos de los chicos por, da vergüenza recordarlo pero así son las cosas, pues me estuvieron persiguiendo algunos días, tirándome piedras por los callejones de alrededor de esa Normal porque me recordaban como bastante rojo, o algo así, en cuanto a amigo de Anselmo y todas esas cosas, ¿no? Ése fue el cambio, este curso, tristemente, los chicos estaban, estábamos obligados a copiar en los cuadernos las banderas de España, de Portugal, de Italia, de Alemania, del Japón, y las de las varias milicias nacionales que entonces había ya; y el cambio para mí pues tuvo que ser una cosa muy, muy triste, ese salto de los 9 a los 10 años, y bueno, la fui llevando como todo el mundo la iba llevando, no me dejaban de llegar noticias de la represión; mi tía misma tuvo que buscarse una mala recomendación de un cura, que era al que se le pedían esas cosas para que no la echaran inmediatamente del Magisterio; a mi madre, que estaba empleada de auxiliar en  Hacienda, la destituyeron, efectivamente, sin duda para hacerle indirectamente daño a mi padre, que siguió manteniéndose en Hacienda; recuerdo que el pobre tuvo que ponerse el gorro de la Guardia Cívica para subir a la terraza de Cañibano a vez si aparecía algún avión por acá, que no apareció nunca.
 Y esas son mis impresiones, mis impresiones más, más recientes: noticias de médicos, maestros, gente que simplemente porque se decía que no iban a misa, o cosas por el estilo, pues cayeron en el paredón, y así fue para mí el comienzo de esa guerra y ese régimen que tantos años después seguí padeciendo.
Durante el bachillerato los chicos asistíamos a los progresos de los Nacionales gracias a un gran mapa que se había puesto en el Bazar J, donde la parte de los Rojos estaba cubierta de una película roja, un film rojo, y las ciudades, las capitales tenían lucecitas, unas amarillas y otras rojas, y naturalmente teníamos que ir allí al escaparate a ver cómo, efectivamente, la película esa roja se iba acortando, según avanzaba los Nacionales, y las bombillitas de las capitales cambiaban de color; esa fue la manera en que, con esa indiferencia, o más bien ignorancia, o intento de desentendimiento, seguíamos los muchachos, en general, la guerra, ¿no?
En eso me crié, y supongo que las cosas que pasan a los 9 y los 10 años pues son importantes, pero no soy yo quién para trazar una especie de trayectoria de evolución que me llevara hasta, que sé yo, hasta muchísimos años después, hasta mis 40 o casi, con el 65, con el Levantamiento de los Estudiantes por el mundo; yo muy pronto me desengañé de que el Régimen que nos había tocado a partir de entonces era propiamente el enemigo.
Pronto, relativamente pronto se apareció como una antigualla la Dictadura Franquista, y cuando llegó el 65 en California, en Madrid mismo, después en Alemania, en Francia, los hijos de los burgueses, los estudiantes empezarán a levantarse por todo el mundo; yo me encontraba de alguna manera preparado para dejarme llevar, ese fue para mí tal vez después de muchos, muchos años el momento decisivo, yo sigo viviendo de ese levantamiento del 65, y alrededores, en los momentos en que el régimen actual se estaba imponiendo ya entonces estaba yo muy desesperao y fastidiao con los que querían convertir el levantamiento de los estudiantes en algo antifranquista o prodemocrático; ya desde entonces, fíjate que hace tiempo, ya se veía que la cosa era mucho más grande que eso, y que era simplemente que el régimen que hoy padecemos se estaba estableciendo, y en los primeros momentos, por todas las partes del mundo desarrollado, hubo una buena cantidad de gente que se levantaban, ¿no? y yo me dejé arrastrar por ellos; eso para pasar desde el 36 al 65. 
J. de Saá: El 65, que fue un año también provocador porque aquel año te costó también la… tu puesto 
AGC: Ah bueno sí, pero eso fue la consecuencia, no, a mi lo importante, lo importante es la ebullición en la que me sentí metido, como si estuviera nadando en las aguas que había estado esperando desde siempre; la consecuencia de la expulsión de la Cátedra es una mera consecuencia, además me ocasionó tenerme que pasar casi ocho años en el Barrio Latino de París, que en realidad me costó trabajo abandonar, cuando tuve que hacerlo al fin del 76.
J. de Saá: Y todo esto para llegar a la Democracia que nos mata, ¿no?
AGC: Ya se había llegado y ya mi lucha contra, contra este Ideal Democrático y contra el Régimen del Dinero que hoy padecemos, había empezado ya, se había hecho muy clara por entonces. 
Pero, no sé, por desgracia hay que decir que del 36 el 65 fui, fui bastante lento en darme cuenta de las cosas, y probablemente no me he acabao de dar cuenta todavía, y en lo que me quede de vida tendré todavía mucho que desaprender, desengañarme.

Capítulo 35: Agustín García Calvo habla con Juanma de Saá de su niñez (y más) durante los años de la guerra.
Cadena Ser. 2007 aprox.
Hacia el minuto 15:30 comienza Agustín.
(Hemos dejado la primera entrevista a Ascensión Sampedro, otra zamorana)

En: Radio