Acabo de leer la traducción de Los Persas
de Esquilo publicada por Agustín García Calvo en la editorial Lucina.
La traducción viene precedida de unos jugosos prolegómenos sobre coros,
tragedia antigua y teatro, en los que García Calvo intenta que el lector
se despoje de las ideas preconcebidas que pudiera tener sobre el teatro
y la tragedia griega, y perciba todo lo que hay de extraño y asombroso
en Los Persas de Esquilo (o de Ésquilo, como prefiere transcribir el traductor).
De las virtudes de García Calvo como traductor ya hemos hablado en ΔΙΔΑΣΚΑΛΟΣ en otra ocasión.
Aparte de su escrupulosa fidelidad al texto original griego o latino,
su principal mérito estriba en su capacidad para imitar el ritmo de la
poesía antigua y forzar la lengua castellana para producir en el lector
actual el mismo efecto que debió percibir el lector o espectador de la
Antigüedad. En esta versión de Los Persas desde los primeros
versos nos sentimos atrapados por el ritmo de los anapestos e inmersos
en un lenguaje extraño y solemne a la vez. Cada vez que varía el tipo de
versificación (trímetros yámbicos, tetrámetros trocaicos, cantos
corales) se marca con una anotación en el margen y un cambio en el tipo
de letra.
La traducción de García Calvo consigue transmitir en castellano toda la
majestuosa grandeza de esta obra de Esquilo, la más antigua tragedia
griega conservada completa. Esta versión se añade a la serie de
magníficas traducciones de autores antiguos que ha publicado García
Calvo en Lucina: La Ilíada de Homero, Edipo Rey de Sófocles, Los Carboneros de Aristófanes, De Rerum Natura de Lucrecio y la antología Poesía antigua (De Homero a Horacio). Precisamente en esta antología se incluía ya una versión del comienzo de Los Persas de Esquilo, que se puede escuchar a continuación, en la voz del propio Agustín García Clavo, junto con el texto original griego.