Desde que, a mediados de los ochenta, fue a mi Instituto para dar una
conferencia, soy hincha de Agustín García Calvo. Ya sé que tiene fama de
ácrata pirado, de sabio loco que enriquece el panorama intelectual del
país siempre y cuando no se le haga ni caso. Y sé que lo que en una
época ya lejana fue pensamiento corrosivo, ha ido quedando en mera
cantinela que se repite una y otra vez con un estribillo ('Todo es
mentira') al que, para que no nos dé miedo, le hemos arrancado el
significado y nos hemos quedado con la mera melodía... Leer el artículo (Disponible en www.diariosur.es)