(Sobre la idea y los dos primeros versos de Rafael Sánchez Ferlosio)
Carabelas de Colón,
todavía estáis a tiempo:
antes que el día os coja,
virad en redondo presto,
todavía estáis a tiempo:
antes que el día os coja,
virad en redondo presto,
presto;
tirad de escotas y velas,
pegadle al timón un vuelco,
y de cara a la mañana
desandad el derrotero,
atrás, a contratiempo.
Mirad que ya os lo aviso,
mirad que os lo prevengo,
que vais a dar con un mundo
que se llama el Mundo Nuevo,
tirad de escotas y velas,
pegadle al timón un vuelco,
y de cara a la mañana
desandad el derrotero,
atrás, a contratiempo.
Mirad que ya os lo aviso,
mirad que os lo prevengo,
que vais a dar con un mundo
que se llama el Mundo Nuevo,
nuevo,
que va a hacer redondo el mundo,
como mandó Tolomeo
para que girando siga
desde lo mismo a lo mesmo.
Atrás, a contratiempo!
Por delante de la costa
cuelga un muro de silencio:
si lo rompéis, chocaréis
con terremotos de hierro,
que va a hacer redondo el mundo,
como mandó Tolomeo
para que girando siga
desde lo mismo a lo mesmo.
Atrás, a contratiempo!
Por delante de la costa
cuelga un muro de silencio:
si lo rompéis, chocaréis
con terremotos de hierro,
hierro,
agua irisada de grasas
y rompeolas de huesos;
de fruta de cabecitas
veréis los árboles llenos,
Atrás, a contratiempo!
agua irisada de grasas
y rompeolas de huesos;
de fruta de cabecitas
veréis los árboles llenos,
Atrás, a contratiempo!
¡A orza, a orza, palomas!
Huid a vela y a remo:
el mundo que vais a hacer,
más os valiera no verlo,
Huid a vela y a remo:
el mundo que vais a hacer,
más os valiera no verlo,
verlo:
hay montes de cartón-piedra
ríos calientes de sebo,
arañas de veinte codos,
sierpes que vomitan fuego.
Atrás, a contratiempo!
Llueve azufre y llueve tinta
sobre selvas de cemento;
chillan colgados en jaulas
crías de monos sin pelo,
hay montes de cartón-piedra
ríos calientes de sebo,
arañas de veinte codos,
sierpes que vomitan fuego.
Atrás, a contratiempo!
Llueve azufre y llueve tinta
sobre selvas de cemento;
chillan colgados en jaulas
crías de monos sin pelo,
pelo;
los indios pata-de-goma,
los indios pata-de-goma,
vistiendo chapa de acero,
por caminos de betún
ruedan rápidos y serios.
Atrás, a contratiempo!
Por las calles trepidantes
ruge el león del desierto;
por bóvedas de luz blanca
revuelan pájaros ciegos,
por caminos de betún
ruedan rápidos y serios.
Atrás, a contratiempo!
Por las calles trepidantes
ruge el león del desierto;
por bóvedas de luz blanca
revuelan pájaros ciegos,
ciegos;
hay un plátano gigante
en medio del cementerio,
que echa por hojas papeles
marcados de cifra y sello.
Atrás, a contratiempo!
Sobre pirámides rotas
alzan altares de hielo,
y adoran un dios de plomo
de dientes de oro negros,
negros;
con sacrificios humanos
aplacan al Dios del Miedo:
corazoncitos azules
sacan vivos de los pechos.
Atrás a contratiempo!
Trazan a tiros los barrios,
a escuadra parten los pueblos;
se juntan para estar solos,
se mueven para estar quietos,
hay un plátano gigante
en medio del cementerio,
que echa por hojas papeles
marcados de cifra y sello.
Atrás, a contratiempo!
Sobre pirámides rotas
alzan altares de hielo,
y adoran un dios de plomo
de dientes de oro negros,
negros;
con sacrificios humanos
aplacan al Dios del Miedo:
corazoncitos azules
sacan vivos de los pechos.
Atrás a contratiempo!
Trazan a tiros los barrios,
a escuadra parten los pueblos;
se juntan para estar solos,
se mueven para estar quietos,
quietos;
al avanzar a la muerte
allí lo llaman progreso;
por túneles y cañones
sopla enloquecido el Tiempo.
Atrás, a contratiempo!
Por eso, carabelitas
oíd, si podéis, consejo:
no hagáis historia; que sólo
lo que está escrito está hecho
al avanzar a la muerte
allí lo llaman progreso;
por túneles y cañones
sopla enloquecido el Tiempo.
Atrás, a contratiempo!
Por eso, carabelitas
oíd, si podéis, consejo:
no hagáis historia; que sólo
lo que está escrito está hecho
hecho.
Con rumbo al sol que os nace,
id el mapa recogiendo;
por el Mar de los Sargazos
tornad a Palos, el puerto,
atrás, a contratiempo.
Monjitas arrepentidas,
entrad en el astillero;
os desguacen armadores,
os coman salitre y muergos,
Con rumbo al sol que os nace,
id el mapa recogiendo;
por el Mar de los Sargazos
tornad a Palos, el puerto,
atrás, a contratiempo.
Monjitas arrepentidas,
entrad en el astillero;
os desguacen armadores,
os coman salitre y muergos,
muergos,
dormid de velas caídas
al son de los salineros;
y un día, de peregrinas,
id a la sierra subiendo,
atrás, a contratiempo.
Volved en Sierra de Gata
a crecer pinos y abetos,
criar hojas y resina
y hacerles burla a los vientos,
dormid de velas caídas
al son de los salineros;
y un día, de peregrinas,
id a la sierra subiendo,
atrás, a contratiempo.
Volved en Sierra de Gata
a crecer pinos y abetos,
criar hojas y resina
y hacerles burla a los vientos,
vientos.
Allí el aire huele a vida;
se siente rodar el cielo;
y en las noches de verano
se oyen suspiros y besos.
Allí el aire huele a vida;
se siente rodar el cielo;
y en las noches de verano
se oyen suspiros y besos.
(Más canciones y soliloquios. AGC. Ed. Lucina, 1988. pág. 146)