9 de noviembre de 2022

El cerco de Zamora en el Manifiesto de la Comuna Antinacionalista Zamorana

"Pues en el momento mismo en que empezaban por Europa a constituirse las entidades nacionales y a inventarse la realidad abstracta del Estado, fue Zamora acaso el más notorio centro de resistencia última frente a la nueva forma de dominación y por ende primer ejemplo de rebelión en contra de su dominio. Nos referimos a los acontecimientos del cerco de Zamora, el breve y contrario reinado zamorano de doña Urraca, el asesinato del rey Sancho de Castilla, la liza mortal de los hijos de Arias Gonzalo, con todos los demás momentos de la gesta que fue durante siglos materia predilecta de cantares y romances.
                                                                   Castillo de Zamora

Corriendo el año 1065, el rey Fernando I, que por primera vez. habia reunido bajo su cetro los campos de León, de Galicia y de Castilla y amenazaba así con empezar a constituir la unidad España», en un lúcido gesto de arrepentimiento, que redime en parte su monarquia, quiso deshacer su obra y en el lecho de muerte repartió el dominio entre sus hijos, sin olvidarse de sus dos hijas, de las cuales a doña Urraca le dio por reino Zamora la bien cercada. Fallecido el piadoso monarca, fue en su hijo Sancho, a quien había correspondido Castilla en el reparto, en quien hubo de encarnarse el fatal destino y el Progreso, que había de impulsarle a actuar como reunificador y constructor de nuevo. Así en breve espacio arrebató a sus hermanos los territorios respectivos, y ya estaba casi rematada la obra reunificadora, salvo Zamora que restaba, cuya resistencia con buena razón temía, y a cuyo cerco se aprestó a comienzos del año 1072 con todas las armas y contingentes, entre ellos el creciente prestigio de Rodrigo Diaz, el futuro Cid.
                                       
        Murallas de Zamora

Zamora se resistió, en efecto. La querencia de doña Urraca, indecisa acaso por haber apenas tenido tiempo de sentir a Zamora como su pueblo, pero espoleada por motivos negativos y personales (el aborrecimiento de la progresiva ambición de Sancho, la piedad para con el padre muerto y el probable enamoramiento del hermano Alfonso, desposeído y desterrado), se vio desde el primer momento fortalecida por la decisión de los zamoranos mismos, que por la voz del caballero Nuño Alvarez y la del viejo hidalgo Arias Gonzalo juraron sostener la independencia y oponerse a la unificación.
Largos meses duraba el cerco; por todas partes y de más en más se veía el pueblo zamorano agobiado del hambre y las penalidades, pero no doblegada su decisión de resistencia.

                                                               Portillo de la traición o de la lealtad

Cuando al fin un dia un caballero llamado Bellido Dolfos (de quien la propia Zamora renegaría, declarándolo forastero, gallego por más señas; pero aun este punto habrá de someterse a riguroso examen) salió de las murallas, se presentó en el real de Sancho, y engañándolo con promesa de que le iba a entregar la plaza mostrándole secretamente un sitio por donde asaltarla de sorpresa, lo hizo bajar y adentrarse a solas por el bosque de Valorio; en donde por la espalda y con el propio venablo de oro que el rey le había dejado le dio muerte, huyendo enseguida a refugiarse en la ciudad; la cual es lo cierto que lo acogió oportunamente por un postigo, burlando la persecución del capitán Rodrigo Díaz, el futuro Cid.
Así fue como el ejército castellano (si no es más propio llamarlo ya español), desconcertado con la pérdida de su cabeza, hubo de levantar el cerco y desbandarse a sus regiones, yéndose parte de ellos a enterrar en Oña al rey que había encarnado la primera voluntad de estado en el sentido moderno de la palabra."

         
                                                      El cerco                                                          Manifiesto