“Hace tiempo que me viene dando que
eso de la juventud debe ser algo un poco como fascista. Un tufo tiene,
desde luego, de gimnasio, de cinemateca de Acción Católica, desfiles con
banderitas de secciones juveniles, y aunque la cosa sea más bien, como
se ve, de juventudes masculinas, no deja también de olerme a chicle
rosado o goma de sostén para jovencita o a sudor de magreo de discoteca.
En fin, que sí, que “juventud” viene a sonar a cosa destinada a tomar
conciencia del cuerpo (¡el propio cuerpo!) y de la vida, para usarlo a
más altos fines, para matarlo. ¿Cómo una cosa que se supone tan
volandera, tan inconsciente, va a llamarse con un nombre: juventud?..."
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