23 de enero de 2012

A Miguel García-Posada

Adiós a una persona de larga cultura, trabajador incansable, de fina sensibilidad, comprometido

JOSÉ IGNACIO PRIMO

Conocí a Miguel García-Posada en 1964 cuando, procedente de Sevilla, llegó a la Universidad de Salamanca para continuar sus estudios de Filosofía y Letras en la sección de Filología Románica. Éramos pocos alumnos en el curso, lo que facilitó que rápidamente entabláramos una buena relación de amistad. Con él llegó también otro sevillano, Juan Alfredo Bellón, que en la actualidad es profesor de la Universidad de Granada. Ellos fueron los que me inocularon el virus del flamenco, hasta entonces solo había escuchado cantar en tabernas, además de las inolvidables noches del bar Rocío, en Zamora. Me hablaron de un recital poético-flamenco que se había celebrado en Sevilla el curso anterior, organizado por Agustín García Calvo, en el que recitaron poemas tanto Agustín como Ricardo Molina, del grupo Cántico, y al final había cantado Antonio Mairena...Seguir leyendo en La Opinión de Zamora