17 Septiembre 12 - - Agustín García Calvo
Esto que nos han enseñado a llamar realidad o existencia, que no es todo (ni nada) ni un sinfín o continuidad indistinta, tiene que encontrarse entre lo uno y lo otro, y no puede sino ser una guerra o contradicción entre la verdad (de dios matemático) y esto de que hay o pasa algo que no se sabe. No puede, en esta imaginación irreal que usamos, pensarse en una separación lógica exacta entre lo uno y lo otro, sino más bien zonas híbridas y difusas, donde, así como «por abajo» las cosas ya entradas en realidad se dejan difuminar en ensayo o poesía, así «por arriba», surgen los números racionales del uso corriente: pues es en una confusión de «infinito» donde se funda la institución de los números: que el odio a la negación desnuda del fin obliga a su incorporación (como «in-», «a-») en la palabra y a la admisión de una interminabilidad que no impida la suma: pues, dejando de lado «2» y «3», que nacen como signos lógicos, los números de la serie progresando por la razón de «+ 1» consisten en que se disponga de computadores sin límite (como no lo tienen las cosas que en el comercio real han de contar) y quieran así ser infinitos en potencia, y al tiempo que sean todos, ya que sin «todo», y «1» y «nada», no hay comercio ni ciencia; lo cual no puede ser, pero ésa es la contradicción en que la realidad se costituye.
Sigue abierta la cuestión de la (in)computabilidad, cómo es el trato de «número» con «cuantía bruta», en el mundo; donde el Dinero, que, así como hace que las cosas, por ley de mercado y trueque, se conviertan en dinero, lo que no es más que los números realizados por el trato, se convierta por rebote en dinero y sus números en cosas, que a su vez puedan contarlos unos a los otros, sin que ello impida la intervención del Hombre, la entrada continua de cosas informes del sin fin en la realidad y costante realización contradictoria.
Sigue abierta la cuestión de la (in)computabilidad, cómo es el trato de «número» con «cuantía bruta», en el mundo; donde el Dinero, que, así como hace que las cosas, por ley de mercado y trueque, se conviertan en dinero, lo que no es más que los números realizados por el trato, se convierta por rebote en dinero y sus números en cosas, que a su vez puedan contarlos unos a los otros, sin que ello impida la intervención del Hombre, la entrada continua de cosas informes del sin fin en la realidad y costante realización contradictoria.