De la mano de Juan de Mairena, fue el primero que introdujo el
flamenco, esa cosa de arrabales y gente chunga, en la Universidad de
Sevilla; el primero, con Machado entre sus referencias, que llevó a un
teatro, también de Sevilla, los títeres de cachiporra y Lorca tras la
guerra. Con él, se recitaron por primera vez en griego fragmentos de
Héraclito y la lógica contraria de Parménides. En Sevilla. Sabía más
latín que los curas. Como mínimo de Sevilla. Y puede que en un seminario
llegase a dudar de la virginidad de María. ¡En Sevilla!
Estas fueron algunas de las razones que llevaron a la expulsión del
catedrático Agustín García Calvo de las aulas de la Hispalense, según
manifestaron ayer Pisco Lira, uno de sus grandes amigos, y el escritor
Antonio Rodríguez Almodóvar, uno de sus alumnos. En la Universidad de
Sevilla. “Todavía hoy esta Universidad no le ha hecho un homenaje
público que reconozca su figura. No entiendo cómo una
Universidad como esta en la que estamos no ha hecho otra cosa hasta hoy
que mirar hacia otro lado, que es un modo muy elocuente de ningunear a
cualquiera“, denunció Lira... Seguir leyendo en andaluces.es