Lunes, 3 de marzo de 2014
Juan de Arco
Muchas son las potencias que la música y la voz de Amancio Prada imprimen a la magmática acción de la poesía sobre el corazón de los hombres. La manera natural, ajustada al fondo y a la forma, con la que el cantor del Bierzo compone sus versiones musicales de diferentes poemas obran el milagro de darles una expresión sonora que ni siquiera sus propios autores conocían cuando los oyeron balbucir por primera vez en el silencio interior de su inteligencia. Así le ocurrió, desde luego, con el ‘Cántico espiritual’ de San Juan de la Cruz, o con los poemas de Rosalía de Castro. Y también, de una manera muy especial, con los que ha venido dedicando, a lo largo de más de treinta años, a Agustín García Calvo. Somos multitud los que nos sentimos incapaces de imaginar poemas como ‘Libre te quiero’ o como ‘El mundo que yo no viva’ sin la envoltura musical de Amancio Prada.... Seguir leyendo en blogs.elnortedecastilla.es