LA VOZ DE LA REBELIÓN os pide,
le pide a la gente, un esfuerzo para
salir de la confusión y poder así
negarse a tolerar por más tiempo los
engaños del régimen del dinero. Si
se trata de la necesidad de los puestos
de trabajo, hay que preguntar lo
primero ¿para quién son necesarios?
En Madrid asistimos todos los días a
un espectáculo que es una caricatura
reveladora de lo que es la famosa
Creación de Puestos de Trabajo:
cualquiera que pasee por las calles
céntricas puede ver esas estatuas
humanas, disfrazadas y pintarrajeadas
de las maneras más variopintas, que
están ahí paradas delante de los
comercios, cada cual en su puesto,
dedicadas a ganarse su jornal (no
hacen otra cosa). La gente tenemos
que aguantar, en el metro, por las
calles, vernos a diario unos a otros
como criaturas necesitadas del vil
metal en todo momento, sólo sujetas
por el miedo a decir lo que ningún
órgano de poder permite decir a sus
mil locutores, porque hay que ser
realistas (¿qué será eso?): “¡muerte al
Dinero!”.
Preguntad a cualquiera: esto nos está
matando de pena y de vergüenza.
Es de verdad horroroso oír a todas
horas las reclamaciones de más y
más dinero, un poquito por aquí, otro
por allá, lo mismo por fuera que por
dentro, porque cada uno está fabricado
por la misma necesidad de dinero y
las voces de fuera suenan también
dentro. Como dice la publicidad de
los “especialistas en ti”: “porque tú
lo vales”. “¡Trabajar, trabajar!” dicen
voces airadas “¡trabajar en lo que
sea!” También pedir limosna es un
trabajo, claro; también buscar trabajo;
también estudiar, “formarse”; también
reivindicar a lo alto más puestos de
trabajo, siempre la eterna cantilena
“Soy un padre de familia…”.
haya tocado en la feria de vanidades.
¡Basta ya! No nacen niños para servir
a sus tristes empleos: ¡abajo el Estado
y el Capital! No más futuro para este
régimen de la Prostitución Universal.
Como no se puede tratar de esto ni en
la familia ni con los amigotes ni con
reclamaciones a los que sólo quieren
de nosotros que sigamos tragando
ilusiones y entretenidos con sus
informaciones, habrá que juntarse en
asambleas donde ya no reine el interés
privado y el miedo de cada uno y se
pueda hablar contra tanta mentira.
Hablar es hacer. Hay una huelga que
es previa a cualquier otra: consiste en
negarse a aceptar lo que no es verdad.
¡Que suene la voz de la rebelión!
Como decía aquella pintada:
¡NO OS CREMOS, POLITICASTROS!