Análisis de "Pasión" de Agustín García Calvo
El polifacético Agustín García Calvo definió como farsa trágica a su obra Pasión
La pasión por el deporte de Enrique, reclamado como héroe por una sociedad hedonista y decadente, simbolizando la trepa a la cucaña (el deporte), el ascenso y caída de estos valores, siendo además una despiadada crítica a la sociedad de nuestros días.
Ridiculiza por extensión las pasiones de todo un pueblo, entendido como organismo colectivo que sufre por sus amores y desdichas, se emociona por sus gestos deportivos, anhela su glorioso pasado nacional y se deja incluso adoctrinar por el “Padredelpueblo” (esperpéntico personaje elemental de la farsa), aceptando sin pena ni gloria la estructuración social dada: grotesca, estatista y profundamente deshumanizada.
Pasión es auténtica dinamita cerebral para un lector, o espectador si acude al teatro, sumido en la mediocridad, la estrechez crítica literaria y los juicios simples cotidianos. Una bomba, un soplo de aire fresco, digna de ser leída, prestada y enjuiciada.
Con un lenguaje clásico cuidado pero intencionadamente adaptado a nuestro tiempo, frecuentes son los diálogos absurdos e inesperados, utilizados por unos personajes demasiado lamentables o divertidos, en nada puede existir el término medio. En conjunto todos los elementos del drama se integran en la obra, pasando a ser los espectadores (o el atacado lector) la masa que
asiste al espectáculo deportivo y humano, masa con la cual es cada vez más difícil empatizar a medida que va avanzando el drama.
Puesta en escena recientemente por la compañía de teatro aficionado “Contratiempo” de forma maestra, representándola allí donde han podido o les han dejado, especialmente en su querida Zamora, presente siempre en el pensamiento del maestro libertario.
Provocación en estilo puro. Por favor léanla, después reflexionen y actúen.
Artículo publicado en la sección cultural del periódico cnt de enero de 2015, número 415: Pinchar aqui
Puedes leer un detallado estudio del autor sobre la obra pinchando aqui
La pasión por el deporte de Enrique, reclamado como héroe por una sociedad hedonista y decadente, simbolizando la trepa a la cucaña (el deporte), el ascenso y caída de estos valores, siendo además una despiadada crítica a la sociedad de nuestros días.
Ridiculiza por extensión las pasiones de todo un pueblo, entendido como organismo colectivo que sufre por sus amores y desdichas, se emociona por sus gestos deportivos, anhela su glorioso pasado nacional y se deja incluso adoctrinar por el “Padredelpueblo” (esperpéntico personaje elemental de la farsa), aceptando sin pena ni gloria la estructuración social dada: grotesca, estatista y profundamente deshumanizada.
Pasión es auténtica dinamita cerebral para un lector, o espectador si acude al teatro, sumido en la mediocridad, la estrechez crítica literaria y los juicios simples cotidianos. Una bomba, un soplo de aire fresco, digna de ser leída, prestada y enjuiciada.
Con un lenguaje clásico cuidado pero intencionadamente adaptado a nuestro tiempo, frecuentes son los diálogos absurdos e inesperados, utilizados por unos personajes demasiado lamentables o divertidos, en nada puede existir el término medio. En conjunto todos los elementos del drama se integran en la obra, pasando a ser los espectadores (o el atacado lector) la masa que
asiste al espectáculo deportivo y humano, masa con la cual es cada vez más difícil empatizar a medida que va avanzando el drama.
Puesta en escena recientemente por la compañía de teatro aficionado “Contratiempo” de forma maestra, representándola allí donde han podido o les han dejado, especialmente en su querida Zamora, presente siempre en el pensamiento del maestro libertario.
Provocación en estilo puro. Por favor léanla, después reflexionen y actúen.
Artículo publicado en la sección cultural del periódico cnt de enero de 2015, número 415: Pinchar aqui
Puedes leer un detallado estudio del autor sobre la obra pinchando aqui
GARCÍA CALVO, Agustín (2006). Pasión, farsa trágica. Zamora, Lucina.