De la alta sociedad franquista a las afueras; de la canción protesta
al lirismo desbocado; de cantar en italiano al griego pasando por los
sonidos más populares; de la matemática pura a los estudios bíblicos; de
ser musicado por los grandes (Víctor Jara, Joan Baez…) a cantar en la calle; de El Partido
a la más absoluta anarquía heterodoxa. Inventor de imposibles programas
informáticos, corrector en periódicos, desocupado, autor que prefería
ser intérprete. O al revés todo, porque Chicho Sánchez Ferlosio fue sobre todo un personaje irrepetible y diverso.
José Antonio Julio Onésimo Sánchez Ferlosio (así se llamó al nacer en 1940) era hijo del escritor y fundador de Falange Española Rafael Sánchez Mazas y hermano del célebre escritor Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama). En la película Soldados de Salamina le podemos ver interpretándose a sí mismo y hablando de su padre, personaje de la novela de Javier Cercas y de su adaptación cinematográfica.
Chicho pronto daría la espalda a la herencia ideológica de Sánchez Mazas y se integraría en la resistencia anti franquista. En 1964 grabó varias de sus canciones en un magnetófono (ya estaba allí la mítica Gallo rojo, gallo negro
) y se publicó con ellas un disco en Estocolmo. Después vinieron
tiempos de ortodoxia comunista, encarcelaciones, desengaños, viajes al
París del 68, a la India, hijos, la bohemia…en una vida corta pero
repleta de vivencias que merece un espacio más amplio que éste.
En Mientras el cuerpo aguante (1982),
película documental de Trueba hecha a mayor gloria bohemia del propio
Chicho, que consiste en una estilosa colección de entrevistas en su casa
del pueblo mallorquín de Soller, habla de algunas de sus andanzas por
el barrio, del que fue asiduo: “En la calle Desengaño, allí con Agustín
se gastaba mucho tiempo en…en beber alcohol, y en hacer letras, en hacer
músicas a poesías que tenía Agustín y todas esas cosas…” Seguir leyendo en Somos Malasaña